Nuestro país siempre ha sido un país de contrastes y desvaríos. Dentro de todo éste maizal, se gozan y alaban a aquellos gobernantes que maldicen fenómenos climáticos cual sacerdotes medievales, esperemos el momento donde dichos mandatarios ofrezcan sacrificios al dios Súa con el fin de agraciarse también con él, obteniendo el fin de las lluvias y tardes soleadas, o por qué no, sacrificar algún animal de su zoológico político a los espíritus ancestrales con el fin de encontrar la solución a tantas inundaciones que se han convertido en el anatema de la popularidad presidencial.
Ya veremos a muestro presidente bailando en taparrabos en lo alto del Palacio de Nariño buscando la forma de ofrecer a algún porcino en Sacrificio (el más calificado para ser la víctima sería Angelino), si con eso su popularidad sube y, en medio de la ciega fe de un pueblo ignorante, buscan el favor divino, o tal vez, la aprobación de sus pecaminosos actos ante los ojos del señor obispo, ¡perdón!, del procurador.
Otra alternativa que se podría vislumbrar es el ofrecimiento de un animal al supremo dios con un animal expiatorio, tal vez esa sea la razón por la cual quiere enviar a su vicepresidente a representar al Estado ante la OIT. ¿Por qué no dejan en paz al pobre Angelino?, ¿Si van a recurrir al sacrificio, no es mejor el sacrificio de infantes y ofrecer a Pachito Santos?
En todo caso, sea cual sea el sacrificio se hará en medio de una parafernalia de periodistas ansiosos de homenajear el vil acto, dándole una importancia injustificada y haciendo especiales paso a paso por televisión, donde más de uno se convertirá en practicante de la fe del mandatario, y continuamente relatarán los pormenores del acto religioso. Todo esto en medio de las arengas de un expresidente y la censura del procurador. Se realizarán telenovelas y reallities, buscando homenajear una y otra vez el evento, culminando con una película de Dago García en sentido homenaje póstumo al pobre animal asesinado por el sistema, con el fin de seguir sumergiendo a un pueblo ignorante sediento de sangre, y desviando, como siempre, la atención de los grandes escándalos que sacuden a nuestro país.
Ya veremos a muestro presidente bailando en taparrabos en lo alto del Palacio de Nariño buscando la forma de ofrecer a algún porcino en Sacrificio (el más calificado para ser la víctima sería Angelino), si con eso su popularidad sube y, en medio de la ciega fe de un pueblo ignorante, buscan el favor divino, o tal vez, la aprobación de sus pecaminosos actos ante los ojos del señor obispo, ¡perdón!, del procurador.
Otra alternativa que se podría vislumbrar es el ofrecimiento de un animal al supremo dios con un animal expiatorio, tal vez esa sea la razón por la cual quiere enviar a su vicepresidente a representar al Estado ante la OIT. ¿Por qué no dejan en paz al pobre Angelino?, ¿Si van a recurrir al sacrificio, no es mejor el sacrificio de infantes y ofrecer a Pachito Santos?
En todo caso, sea cual sea el sacrificio se hará en medio de una parafernalia de periodistas ansiosos de homenajear el vil acto, dándole una importancia injustificada y haciendo especiales paso a paso por televisión, donde más de uno se convertirá en practicante de la fe del mandatario, y continuamente relatarán los pormenores del acto religioso. Todo esto en medio de las arengas de un expresidente y la censura del procurador. Se realizarán telenovelas y reallities, buscando homenajear una y otra vez el evento, culminando con una película de Dago García en sentido homenaje póstumo al pobre animal asesinado por el sistema, con el fin de seguir sumergiendo a un pueblo ignorante sediento de sangre, y desviando, como siempre, la atención de los grandes escándalos que sacuden a nuestro país.