Tomado de El Tiempo |
Bogotá, de ser una hermosa cuidad más o menos organizada, el día de ayer se convirtió en la piscina distrital por excelencia.
Una de las ciudades más 'emblemáticas' del país ayer se convirtió en una piscina que nos lleno de emoción y de grandes expectativas al ver que 'Bogotá si tiene mar'. Los capitalinos salimos corriendo llenos de alegría a jugar corriendo delante de los buses para que nos rociaran tenuemente mientras decíamos palabras dulces a los considerados conductores. Otros, arrumaron sus enseres con el fin de adecuar sus salas como piscinas privadas y algunos otros convirtieron sus vehículos en chalupas improvisadas las cuales empujaban ya que carecían de los remos apropiados para movilizarse, al son de armando manzanero y su inmortal canción "Esta tarde ví llover, y vi gente correr y no estabas tú"
Una tarde divertida donde el calor humano se sintió en todo su esplendor en los abrazos multitudinarios en las diferentes estaciones de transmilenio, donde los masajes y las tiernas palabras entre alegres pasajeros abundaron a grandes voces, enviando palabras de gratitud a las madres y a las abuelas entre unos y otros, y uno que otro ósculo entre recién conocidos en medio de una confusa multitud.
Debemos dar gracias a aquellas pequeñas cosas por las cuales nuestra ciudad disfrutó de esta tarde tan maravillosa: El progresivo simulacro de desastre natural que nuestro amado alcalde está llevando a cabo y que poco a poco nos estamos adecuando, los ecológicos diques hechos con basura que rodean nuestros limpios ríos y el excelente sistema de drenaje patrocinado por la empresa de acueducto. No debemos dejar de agradecer a los organismos de control y el excelente desempeño de los contratistas como los Nule, que nos dejaron bien plantados con las obras capitalinas.