En el país del sagrado corazón, violar los derechos humanos es algo cotidiano, por no decir una política de Estado, el cual administra sus crímenes de tal manera que las organizaciones delicuenciales los están tomando como un ejemplo a seguir para modernizar su modus operandi y poder competir en tan deshonroso gremio.
Sí, se que es bastante atrevido y osado de mi parte comparar a dichas organizaciones criminales con el estado, y espero que me puedan perdonar los señores delincuentes por hacerlo de esta manera tan grotesca, pero lamentablemente, el Estado ha decaído tanto que ya no se le puede ver como un administrador de justicia, sino como un grupo delicuencial más que procura alcanzar sus mas oscuros intereses a toda costa y sin esperar refutaciones ni objeciones.
Esto se ve reflejado en el alto nivel de impunidad que vive el país hoy en día, donde la criminalidad sube de una manera vertiginosa y lo vemos a diario ya que se publica en los medios donde muestran la barbarie de una forma amarillista y poco profesional pero que pasa inadvertida para miles de colombianos. Es por esta falta de interés nacional que los medios, ya no hacen periodismo investigativo ni muestran al pueblo las atrocidades que el estado comete y que pasan por la faja de una manera descarada y directa. Se observa claramente la forma como se han manejado los crímenes de Estado en el caso de las ejecuciones extrajudiciales o mal llamada 'falsos positivos', ya es más fácil conducir a la cárcel a un adolescente inmaduro que le toco la cola a una modelo (quién terminó purgando 4 años), que judicializar a los responsables de este crimen de lesa humanidad, logrando que los tecnicismos hagan que los criminales mas peligrosos disfruten de las comodidades de sus casas y muchos inocentes se pudran en una celda de una cárcel colombiana.
La poca comprensión y el 'importaculismo' de muchos colombianos dan pie para que se sigan cometiendo este tipo de actos, y que los culpables sigan libres como muestra de que aquel que tiene dinero y fama puede hacer lo que quiera que tiene inmunidad, reflejado hoy por hoy, en casos cometidos por altos funcionarios del estado y que son pasados por alto o simplemente se atribuyen a grupos subversivos como coartada perfecta para liberarse de sospechas.
¿No se han preguntado acaso, que ha pasado con los crímenes políticos cometidos en la última veintena y que han quedado en el tintero, los cuales hoy en día siguen impunes? Desde siempre se han tirado la pelota entre políticos, fuerzas militares y grupos subversivos, se pone en investigación mientras el boom de los medios los asedia y que, al dejar de sentir la presión mediática son archivados para ser sacados luego cuando algún político quiera hacer uso de ello para su beneficio personal. Esto es lo 'hermoso' del país del sagrado corazón, donde se cultiva una cultura desmemoriada y con poco criterio moral y político para juzgar un acto de dicha gravedad.
La pregunta ahora es ¿A quienes van a juzgar por estos crímenes? ¿Quedará en la impunidad como los demás casos de ejecuciones extrajudiciales? El gobierno promete cambios en el sistema judicial pero la reforma presentada anuncia un pronto olvido de la temática dejando estos casos en una total oscuridad.
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