"¡Cuántos gobernantes han meditado sus actos en un cuarto de baño como si fuera su despacho, al extremo de no distinguirse dónde han resuelto más asuntos y dónde hacen más… decisiones incorrectas!" Les Luthiers

sábado, 16 de abril de 2011

Pobrecitos, ¿Y quién cuidará de ellos?

Cortesía: Fabrographiks
Por ocho años nos han vendido la idea de un país cada día más seguro, más legítimo y más justo. En teoría, ya que en la praxis, vemos como los mismos agentes de inseguridad son las fuerzas armadas y de policía de Colombia, quienes desangran con sus actos a los habitantes que dicen proteger y sobre los cuales abusan. 

Hemos pensado muchas veces en la razón por la cual la policía colombiana actúa de la manera que conocemos, pero viendo las precarias condiciones en las que viven, aprendimos a comprender un poco más su situación.

Para nadie es un secreto que dentro de la Policía Nacional, muchos de sus miembros abusan del poder en medio de la población; otros, extorsionan al pueblo con el fin de mostrarse 'benevolentes', y muchos, por qué no decirlo, esconden las evidencias de sus compañeros. Es triste pero es una realidad en éste apabullado gremio.

Para comprender su permanente accionar, primero que todo, debemos  tener en cuenta su precario salario; es debido a su pésimo sueldo y pocas oportunidades de ser galardonados, que desde los mismos Generales de la República (que solo hacen vida social), intentan administrar sus pocos recursos de fiesta en fiesta; de éstos, algunos han buscado otras formas de financiamiento haciendo prácticas que les son propias a las fuerzas de seguridad, y por dicha razón, algunos generales son los informantes del Estado ante los otros países. Ésta es la razón por la cual en muchos escritos de Wikileaks, aparecen varios generales de nuestra nación informando cuanta actividad realicen al embajador americano de turno, el cual, de la misma forma que una vieja chismosa comenta la intimidad que vive con su marido en el hogar, lo transmite a sus superiores. ¿Qué buscarían ellos haciendo papel de informantes en la Embajada?, ¿será que ellos también recibían los $100.000 pesos ofrecidos por Uribe para premiar a los 'sapos'? Sea cual sea la respuesta, sabemos que su función no era la de ser agentes comunicadores de secretos a voces al Estado Americano. 

Partiendo desde esta base, es decir, que algunos que muchos buscan la oportunidad de conseguir unas cuantas monedas, vemos como en la policía nacional se desprenden muchos delitos que nadie teme en denunciar, pero que al mismo tiempo, son delitos a los cuales les hacen poco caso, pues los uniformados, de una u otra forma gozan de inmunidad en Colombia.  ¿Cómo castigar a los pobres agentes de tránsito que lidian con borrachos y con gente problemática todos los días en la calle? ¡Pobrecitos!, merecen nuestra más sincera gratitud y por eso es nuestro deber ciudadano corresponder a sus extorsiones a la hora de una infracción, o a botarles 'la liguita' cuando sean ellos quienes violen las normas de tránsito. 

¿Cómo no premiar al agente del ESMAD cuando golpea estudiantes indefensos en pro de la seguridad ciudadana? Hay que comprenderlos, ellos reciben insultos y la única forma de corresponder a eso es disparando gases prohibidos por el mismo Estado que dicen proteger, tendremos a este paso que perdonarles la 'chancita' de ponerle metralla a las granadas aturdidoras para que generen más efecto en la población, o por qué no,  que en vez de balas de goma, pongan balines de cristal para economizar recursos. 

¿Y qué me dicen de los agentes motorizados que transitan cómodamente por las ciclorutas del país?, ¿por qué llamarles la atención, ya que son los que más causan accidentes? No les pongamos más presión sobre sus espaldas, pobrecitos, no pudieron ser nada más en la vida y les tocó conformarse con ese papel. 

¿Cómo vamos a juzgar a los oficiales de policía que conducen ebrios?, ¿no tienen ellos derecho a divertirse? Cuan carismático fue el general Naranjo al decir que si la coronel renuncia, él aceptaría la dimisión, es decir, no la obligará a permanecer en el cargo si ella lo desea, ¿eso no es tener un buen jefe y colega?

Teniendo en cuenta lo anterior, nos preguntamos: ¿Y quién cuidará de ellos?, y frente a esto pensamos con incertidumbre en búsqueda de una humilde respuesta, aunque surgen otras dudas al mismo tiempo, tales como: ¿y si son ellos quienes nos cuidan del hampa, quién nos cuidará de la policía? 

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