"¡Cuántos gobernantes han meditado sus actos en un cuarto de baño como si fuera su despacho, al extremo de no distinguirse dónde han resuelto más asuntos y dónde hacen más… decisiones incorrectas!" Les Luthiers

sábado, 30 de abril de 2011

Reflexiones desde el Inodoro

El país sigue con el agua al cuello, seguimos viendo que el flagelo de la inseguridad aún nos golpea con todas sus fuerzas y la situación laboral es crítica. La pregunta es: ¿Qué estamos haciendo al respecto? por más dolorosa que sea la realidad, como buenos colombianos nos quedamos impávidos observando como se destruye nuestra sociedad, devorándonos los unos a los otros. Clamamos por justicia y actuamos con nuestras propias manos vengándonos de nuestros enemigos, esperamos todo y no damos nada, nos entregamos voluntariamente al vituperio, y luego nos quejamos porque abusan de nosotros.

Cuantas veces esperamos a que surjan los caudillos que nos liberen de nuestras cadenas, y pedimos líderes que lleven nuestras cargas;  apoyándolas, justo cuando vemos que nos convienen, vociferamos vulgarmente cuando se pronuncian para luchar por nuestros derechos, pero los olvidamos y damos la espalda a esos mismos líderes cuando son perseguidos, acosados y vulnerados. ¿Es ese nuestro clamor a la igualdad?

Es importante que reconozcamos cuando debemos actuar, es bastante deplorable que esperemos a que las cosas las haga otra persona, como colombianos no hacemos lo que debemos hacer y siempre buscamos recompensas si pretendemos liderar. Es nuestro deber como seres conscientes educar a los ignorantes, denunciar los delitos, y actuar frente a una sociedad cada vez más corrupta. 

Se que ante lo anterior nos dirán que somos utópicos, idealistas y soñadores, y tienen razón, ya que en medio de nuestra sociedad corrupta, pensar en cambio y en que podemos cambiar no depende del corazón, sino del dinero y la posición política. Es necesario volver a recordar que tenemos derechos y que al ser una sociedad democrática, podemos lograr un cambio al ser minorías, y que éstas son protegidas por la ley; y sobre todo, debemos comprender la magnitud social de nuestra labor, sea cual sea nuestra actividad económica, no esperemos a que el gobierno nos dé limosnas, al contrario, busquemos en medio de tanta problemática llegar a soluciones tangibles y lógicas. 

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