En el país del sagrado corazón hacer política es se convierte en algo beatificante; cualquiera que se meta con un espíritu sensible, sufre en carne propia el viacrusis de la decepción. Ésto debido a la forma indebida como se hace política en nuestra nación, y en la actualidad, es muy sencillo formar un partido o movimiento político, y de la misma manera que al hacer arepas, se necesita un poco de agua, algo de harina y fuego que las cocine.
Lo anterior viene a que en pocos años han surgido partidos políticos, como mujeres con este digno oficio en las calles de Bogotá; cada vez que hay elecciones, surgen movimientos tales como "¡MIRA, ésta viene con chorizo!", o el PIN-cho tradicional con chicharrones de políticos corruptos ensartados en su estandarte, otros como los que quieren mantequilla por un lado de la misma (que se autodenominan "los del Polo") y otros que quieren que le unten cuanto menjurge hay en el mercado, haciéndose llamar Liberales; en cambio, los conservadores prefieren las arepitas de maíz al natural, no importa quien la ofrezca, siempre y cuando sea con poca sazón, para no perder su desabrido gusto, y otros como los de la U quieren que su arepa venga con huevo dentro, por eso de seguir las mañas de su patrón.
Muchos de estos forjadores políticos, elaboran su artesanal alimento dependiendo los intereses de su partido, y dentro de éste movimiento de masas, es frecuente el "voltiarepismo", es decir, que algunos integrantes se vuelen a otros comedores a probarle la arepa a su vecino, con el fin de obtener votos.
Algo parecido vivió el partido verde, el cual, como todos los partidos políticos que surgen en nuestro país, nacen con ideas y propuestas interesantes a las personas que de una u otra forma, están incómodos y aburridos con la política tradicional, y como todos los partidos, terminan involucrando a los mismos politiqueros de siempre que tienden a ser 'voltiarepas' en los momentos cruciales de sus vidas políticas. ¿a qué se debe ésto? Simplemente al hecho de querer obtener poder y prestigio en poco tiempo. Y de la misma forma que los partidos tradicionales, el Verde, ha buscado una importante posición en los escaños nacionales, y al tener pocas personas, pueden caer (y ya cayó) en el pecado de involucrar a personalidades con poco criterio, que no reconocen el hecho de hacer una política honesta y no se retiran de la vida pública con la "frente en alto", a disfrutar sus jugosas ganancias obtenidas con su reprobable gestión, sino que buscan más dinero y poder.
Aunque muchas veces lo ha reiterado Surgiendo del Inodoro, Dentro del partido verde siempre ha existido una figura controversial, quién le ha hecho bastantes guiños a uno de los políticos más manchados del país, como lo es el Ex-presidente Álvaro Uribe; quién a su vez se está involucrando en la campaña electoral por el segundo cargo más importante del país, al ofrecer su apoyo de manera abierta a Enrique Peñaloza.
¿Qué busca Uribe, al querer meterle sus huevos a las arepas del partido verde? Posiblemente bajar su calidad, desprestigiarlos y dividirlos, cosa que ya es común para él; dividió un país, acabó con la poca credibilidad que existía en el poder público y es el responsable político de los escándalos más sonados de los últimos años. Hay mucha razón en la oposición que el mismo estigmatiza como colaboradores de las farc, la cual argumenta que lo que busca es restarle la credibilidad al naciente partido, o posiblemente quiere no dejar de ser nombrado por la opinión pública. Lo que si queda claro, es que la megalomanía de nuestro ex presidente se está convirtiendo en un problema nacional, y está afectando a chicos y grandes por igual.
Es reprobable que un partido persiga el apoyo de personas como Álvaro Uribe, que se vendan al peor postor, y que terminen prostituyendo los valores democráticos y políticos que tanto dicen promover. Es importante tener en cuenta que al mostrar una ideología diferente, los sectores políticos sientan escozor con ellos, ya que promueven los valores más anti- políticos vistos en el país.
Como blog, rechazamos las pretensiones de personas como Enrique Peñalosa, que no muestran una postura clara acorde a los valores que promueve su partido, y si persigue el apoyo de personas con perfiles políticos tan manchados solo por conseguir votos. Esto podría decirse que hace parte de la cultura del 'todo vale' y lo cual el mismo partido refuta diariamente, pero con sus actos, solo los apoya abiertamente renegando de los valores originales del movimiento.
Eso es lo que hace tan poco confiable al centro político, en su empresa de congregar lo más destacable termina por reunir igualmente los vicios de los partidos políticos tradicionales, y los oportunistas siempre terminan colándose.
ResponderEliminarPor eso también me bajé del bus verde.